diumenge, 5 de setembre del 2010

Ojos como vastas estepas olfatean cortometrajes del deseo

PLANO CORTO CON EL TERMÓMETRO

Anoche ensanché mis arterias cansadas,
juegos de colchones que vuelan como jabón y humo de tabaco.

No es fácil dormir a la luna de los locos,
marcas de nacimiento y haluros de plata
que se asoman a la artritis de las cornisas;
atrapado, de pronto, en el solaz de las preguntas en blanco.

Escribo orgasmos elásticos al alcance de los yonquis
mientras los abrazos miden mi temperatura.


LA BICI ES MÍA

Brisa de patio;
me hundo en el sabor de la tierra al quemarse
como la saliva caliente que busca el camino de lo sólido.

La celeridad de dos cuerpos que besan grilletes de piel
arroja la duda por la ventana, tras las cortinas,
donde las putas buscan ángulos muertos
y los tesoros viajan en bicis robadas.

Adentro una arritmia de fluidos recupera el pulso;
ojos como vastas estepas
olfatean cortometrajes del deseo.


CONTACTO (TAMBIÉN MECÁNICO)

Querría salir,
leer las marcas que grabaste en el asfalto;
braille del caucho que incendiaste con tu boca al abandonarme esta mañana.

Ya no me afectan las drogas,
ni consigo la abstracción ligera que brinda la gravedad;
la llave que abre tus glándulas ocupa el espacio de mis horas muertas,
lunas dementes que persiguen a quienes no duermen.

Solo, en mi habitación,
los restos de las cenefas caen como copos de cal,
y yo no pienso sino en el contorno de tu piel
cuando exhala salada libélulas de plata.


SUKUN DE OJOS AZULES SOBRE UNA LUNA EN PAPEL DE CEBOLLA

He dejado tus lágrimas de cobalto sobre las sábanas
como una aleación en silencio que forje el devenir de los días.

No puedo dormir, ahora;
la ausencia de tu pulso se ha enmudecido a sí misma
y ya ni los yonquis se atreven a gritarle al mundo:

Ávido de morder tus huesos,
me siento a solas sobre mis fonemas.


AQUÍ NO HAY CHIMENEA

He plegado las pupilas
sobre el tiempo de los días largos
para esquivar la pesadumbre del primer otoño,
baños amarillos y mapas que vuelan hacia atrás.

Quisiera tragar las cenizas de aquel agosto de leña y semen,
salivar su color plástico contra las paredes de esta cueva uterina:
demasía de agujeros...
retratos cojos que abandonan el mundo en ambulancias.

A ratos mastico queratina,
a ratos discuto con el lagrimal...

Recorto segmentos de vida
y me agarro las costillas cuando toso,
como si el dolor entendiese de memoria;
huesos nostálgicos que sueñan con soles,
risas genitales al abrigo de los chopos.

Entumecido,
cuando caen las hojas a solas
busco el olor de tu cuello por los cajones.











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